Jaime Peña Martínez, de 1ºB, leyó el curso pasado Cuentos de la selva de Horacio Quiroga, lectura que más tarde serviría para realizar una de las primeras tertulias literarias del curso. Aquí tenéis algunos de los resúmenes y los enlaces donde podéis leer los cuentos orginales. Esperamos que disfrutéis con la lectura.
La tortuga gigante:Érase una vez un hombre que estaba enfermo y el médico le dijo que en el único sitio que se podía curar era en el campo. Él no quería ir porque tenía hermanos a los que debía dar de comer. Un día el amo del zoológico le dijo que él le daba una escopeta y, si cazaba animales en el monte, él le daría el dinero adelantado para sus hermanos. Este señor quería a los animales para utilizar sus pieles. El hombre enfermo aceptó
Un día se encontró con un tigre que quería matar a una tortuga. Él con la escopeta mató al tigre. Se iba a comer a la tortuga pero vio que estaba herida y la curó.
Pasó el tiempo y el hombre enfermó mucho y la tortuga lo curó. Él no sabia como agradecérselo. Pero unas semanas después le volvió la fiebre. La tortuga lo quiso llevar a cuesta al pueblo. Tras un día de camino, la tortuga se debilitó. A lo lejos vio una luz. De pronto apareció un ratón y le dijo que aquella luz era el pueblo. La tortuga hizo un último esfuerzo y llegó al pueblo. El amo del zoo fue a por medicamentos para curar al enfermo.
Cuando se recuperó, felicitó a la tortuga. El hombre del zoo le dijo a la tortuga que si se quería quedar en su jardín. La tortuga aceptó y se quedó. Ella y el se hicieron grandes amigos.
La tortuga gigante
Las medias de los flamencos:Una vez las víboras invitaron a todos los animales para bailar a la orilla del río. Todos llevaban disfraces menos los flamencos, pues estaban buscando unas medias y no las encontraban. Les dieron unas medias de piel de víboras
Al llegar los flamencos al baile, las víboras se dieron cuenta de las medias se enroscaron en las patas de los flamencos y arrancaron las medias a mordiscos. Los flamencos se fueron corriendo al agua y se quitaron el veneno.
Las medias de los flamencos
La abeja haragana:Érase una vez una abeja que no hacía nada mientras sus hermanos trabajaban. Un día le advirtieron que no iba a entrar en el panal mientras que no trabajara y así fue. Pasaron unos días y, cuando fue a entrar, no la dejaron. Pasó la noche fuera. Cuando volvió por la mañana a casa, la dejaron entrar.
Esa abeja a partir de ese día trabajó mucho.
La abeja haragana